Ágora Bienestar

4
Jun

La importancia de gestionar los riesgos psicosociales en el trabajo

Los diferentes riesgos psicosociales en el trabajo como el estrés, las situaciones de acoso, de conflicto, fatiga, etc. afectan significativamente no sólo a nuestra salud personal, sino que redundan en el funcionamiento de las organizaciones y repercuten en los costes de nuestro sistema sanitario con consecuencias que atañen a la sociedad en general.

A pesar de que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales obliga a prevenir y evaluar TODOS los riesgos a los que podrían verse expuestos los trabajadores en el desempeño de sus funciones, cierto es que estas evaluaciones se han centrado fundamentalmente en los riesgos de seguridad, pues son riesgos medibles, con una aparente relación directa causa-efecto con respecto a la probabilidad de accidente, y por tanto con un carácter sin duda inmediato y urgente en lo que respecta a la intervención.

Aún nos encontramos en un entorno que se muestra reticente a la hora de analizar la relación entre los factores organizacionales y los riesgos psicosociales. No hemos interiorizado que los factores psicosociales pueden ser factores de riesgo en el momento en que no se gestionan adecuadamente, y que es responsabilidad de la empresa prevenirlos, identificarlos y actuar, si ya están presentes en la organización.

Ello se debe a diversos motivos:

– El análisis de los factores psicosociales requiere de un nivel de especialización en determinadas disciplinas que no siempre coincide con la formación técnica de los profesionales de la prevención, y que requiere de formación en carreras de corte humanista (psicología, sociología, etc.).

– Los factores psicosociales así como las medidas preventivas de esta área son percibidas como intangibles, difíciles de medir tanto en su diagnóstico como sobre todo en el retorno de la inversión más allá de lograr un buen ambiente laboral.

Numerosos estudios avalan que los empleados sanos y felices rinden más, sufren menos bajas laborales y son más productivos, pero cómo explicamos, de forma interna, que a la empresa le interesa que sus empleados sean más felices en su puesto de trabajo.

Esta es sin duda una pregunta lícita, pues aunque velar por el bienestar y la salud de los trabajadores de una empresa debería ser una obligación ética más allá de la legalidad, una empresa ha de generar beneficios económicos para subsistir en el mercado y por tanto cuestionar la necesidad de cualquier gasto.

Prevención Psicosocial: una inversión rentable

La gestión de la salud psicosocial de los trabajadores debe integrarse en el bienestar laboral como eje de la estrategia empresarial para aportar valor a las organizaciones, en términos de productividad y eficiencia, y a los empleados en términos de salud y calidad de vida.

Más allá de la obviedad de que una persona feliz y motivada va a rendir más, pensemos por ejemplo en las patologías que ocasiona una prolongada exposición a una situación de estrés, que puede venir causada por un exceso de carga de trabajo, mal ambiente laboral, trabajo a turnos, etc. ¿Cuánto le cuesta a una empresa una baja por enfermedad? Ya no sólo por depresión, sino por problemas de espalda, úlceras, migrañas, etc., enfermedades típicamente de origen psicosomático a consecuencia de una inadecuada gestión de malestar psíquico o social. Esto sin mencionar el perjuicio derivado de la posibilidad de que el trabajador pueda sufrir un accidente, más o menos grave, en el puesto de trabajo.

Invertir en seguridad y salud laboral de los trabajadores genera compromiso y tiene múltiples beneficios tanto de rentabilidad económica como en la reducción del absentismo laboral, así como en una mayor productividad de los empleados. Por cada euro invertido en estos programas de bienestar, se genera un retorno de la inversión de entre 2,5 y 4,8 euros en absentismo y de entre 2,3 y 5,9 euros en costes de enfermedad. Además, disminuyen los costes de la seguridad social al reducir los costes sanitarios hasta un 26,1%, las incapacidades temporales o permanentes, pensiones, etc. (Fuente: Estudio de la red europea de promoción de la salud en el trabajo).

En el siglo XXI, cuando ya hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio un salto cualitativo al definir la salud ya no como ausencia de enfermedad, sino como un completo bienestar físico, mental y social, la empresa socialmente responsable ha de ser coherente con esta máxima en cuanto a cómo se relaciona con su capital humano, sin duda el activo más importante para una empresa que pretenda ser competitiva y rentable en el entorno actual.

Eva Fernández Salgado

Directora Comercial de Proyectos en Affor Prevención Psicosocial.

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